Debí haberlo visto venir. Siempre he sido de esas que hoy quieren una cosa y mañana lo contrario... ¿por qué no iba a pasarme lo mismo con esto?
Mi cabeza siempre está al límite, a punto de estallar... y no porque sea inteligente y siempre tenga pensamientos brillantes a los que darles mil vueltas sino más bien porque demasiadas gilipolleces llegan a mi cabeza a la vez, demasiado rápido, sin darme tiempo para ir desechándolas poco a poco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario