Quiero volver a sentirlo.

Esa sensación dulce, de amor sin frenos. Te caes sin remedio, sin intentar evitarlo. Alcanzas el éxtasis. El mundo está a kilómetros bajo tus pies y por más que caes nunca llegas a él. La mente es el único lugar que importa, pero solo si está perdida entre las sabanas de la piel. Esa piel suave que hace desesperar a quien no la tiene.
Suspiras. Acaricias las nubes mientras ruedas entre pétalos y algodones. Alternas sonrisas, risas y carcajadas. Sin importar el orden porque la felicidad que sientes es tal que no te deja ir más allá de eso.

†

Como si mi cuerpo se desgarrara por dos fuerzas que tiran de él. Una la que quiere cada vez más y otra que está cada vez más cansada. Así es como me siento.
¿La solución? Deshacerse de una de ellas pero ¿de cual? Las dos duelen demasiado cuando están y cuando se van. Entonces... ¿la solución sería decidir qué duele menos? ¿si tenerlas o dejarlas?
No sé seguir... las palabras no salen cuando lo que quieres decir está fuera de lo que puedes comprender, de lo que puedes sentir.

Me siento como si estuviera muerta... en el interior.